La reusabilidad en los objetos de aprendizaje

Los objetos de aprendizaje sólo se pueden volver a utilizar si fueron diseñados desde un principio para la reusabilidad

Mientras veía a su hijo jugar con unos bloques de LEGO, a Wayne Hodgins se le ocurrió que así como se ensamblaban los pequeños bloques, así también se podían ensamblar pequeños recursos digitales para construir materiales educativos. Todavía más, que algunos de estos recursos digitales podían reusarse para construir otros materiales, con otros objetivos y con otros alcances. Ahora es común aceptar que fue Hodgins el primero en llamar al resultado de esta operación Objeto de Aprendizaje (Learning Object).

Una de las características más atractivas de los objetos de aprendizaje es la reusabilidad. La reusabilidad se refiere, en términos generales, a la posibilidad de volver a usar un objeto de aprendizaje en un contexto similar o en uno diferente. La reusabilidad significa reducir costos en el diseño y en la elaboración de los materiales, pero también incrementar la calidad de los materiales como resultado de la retroalimentación con nuevos usuarios.

Ahora bien, dado cualquier objeto de aprendizaje, de qué manera se puede reusar. La manera más sencilla de reusabilidad se presenta cuando un objeto de aprendizaje vuelve a aplicarse —en el mismo contexto técnico y pedagógico, con el mismo objetivo y tal vez con algunas mejoras introducidas después de una primera evaluación— a un nuevo grupo de usuarios.

Pero el verdadero potencial de reusabilidad de un objeto de aprendizaje sólo se puede observar cuando se encuentra dentro de un Repositorio de Objetos de Aprendizaje (Learning Object Repository). El Repositorio de Objetos de Aprendizaje permite a los diseñadores instruccionales seleccionar el objeto de aprendizaje para reusarlo en diferentes contextos, con diferentes objetivos y aún con diferentes temas. El objeto de aprendizaje se puede reusar como está o con algunas modificaciones.

Para ajustar el objeto de aprendizaje a los nuevos requerimientos, se puede modificar parte de su contenido —el objetivo, por ejemplo— o el orden de sus componentes; también se pueden desagregar sus componentes para utilizar alguno o algunos de ellos en un nuevo objeto de aprendizaje. En cualquiera de estos casos, la reusabilidad genera costos adicionales.

La reusabilidad, en sentido amplio, pasa por modificar, desagregar y reconfigurar los objetos de aprendizaje para así ensamblarlos con otros objetos de aprendizaje. Pero a veces sucede que después de evaluar los costos y los permisos para reusar un objeto de aprendizaje, resulta más viable diseñar y desarrollar uno nuevo.

Referencias

Hodgins, H. G. 2002. «The Future of Learning Objects». Proceedings of the 2002 eTEE Conference, pp. 76-82. Davos, Switzerland.

Sampson, D. G. & Papanikou, C. 2009. «A Framework for Learning Objects Reusability within Learning Activities». 2009 Ninth IEEE International Conference on Advanced Learning Technologies, pp. 32-36. IEEE.

El video instruccional

Los videos instruccionales más populares entre los usuarios comparten una serie de características y aquí te decimos cuáles son

Al poco tiempo de haber comenzado a funcionar YouTube, una legión de entusiastas se dio a la tarea de compartir videos que contenían algún tipo de instrucción. Con mayores recursos, las compañías y las instituciones educativas también comenzaron a subir sus propios videos. Algunos de estos videos eran más populares que otros, es decir, más vistos, más gustados y también más compartidos.

El video instruccional, como cualquier tipo de video, permite la transmisión simultánea de texto, audio e imagen; puede tratarse de contenido conceptual, cuando su principal objetivo es explicar un tema (la resolución de un problema matemático), o de contenido procedimental, cuando se trata de guiar paso a paso al usuario en la realización de una tarea (aprender a instalar un programa).

Ahora bien, ¿qué características debe tener un video instruccional para llegar a ser popular? El video instruccional, tanto conceptual como procedimental, utiliza imágenes de alta resolución, audio claro y gráficos nítidos; tiene una estructura con la información necesaria para cumplir sus objetivos; y  el tono del narrador o del presentador es amigable con el usuario.

En el caso particular del video instruccional con contenido conceptual, Petra ten Hove (2014), después de analizar cuidadosamente 75 videos, concluye que los videos que son populares en YouTube:

  • Combinan teoría y práctica. Los videos populares presentan una explicación teórica apoyada con ejemplos ilustrativos; también pueden presentar primero el ejemplo y a partir de éste explicar la teoría.
  • Apoyan el proceso de aprendizaje. Los videos populares utilizan señales visuales, por ejemplo flechas, para dirigir la atención del usuario; etiquetas en pantalla para indicar palabras clave o títulos y, finalmente, preguntas y comentarios.

Para el caso del video instruccional con contenido procedimental, Jason Swarts (2012) se dio a la tarea de analizar 46 videos tutoriales para concluir que los mejor posicionados en YouTube:

  • Contextualizan la tarea. Los buenos videos utilizan una parte importante de su tiempo en explicar claramente los objetivos de la tarea que va a ser realizada.
  • Demuestran los pasos. En los videos populares, el presentador explica cada uno de los pasos mientras los está llevando a cabo.
  • Facilitan el acceso. No sólo en el sentido de localización del video, sino también en lo que se refiere a la comprensión y utilización del mismo.

Los videos instruccionales comparten una característica más: son breves, quizá porque tratan de un sólo tema. Estos videos tienen la ventaja sobre otros recursos de responder a requerimientos específicos de los usuarios. Por eso no está de más tomar en cuenta algunas de estas recomendaciones, si no para hacer el video más popular, al menos para hacerlo útil para los usuarios.

Referencias

Hove, P. E. Ten. 2014. «Characteristics of instructional videos for conceptual knowledge development» (Tesis). University of Twente.

Swarts, J. 2012. «New modes of help: Best practices for instructional video». Technical Communication. 59, 3. 195-206.